miércoles, 19 de noviembre de 2014

Un antes y un después: Restauración de máquina de coser



Hola a todas.

Hacía ya tiempo que esta máquina venía pidiendo que alguien le rescatara de su lamentable estado. Yo lo pensaba y demoraba por si salía un churro pues nunca lo había hecho.
Hasta que llegó un día en el que logré reunir una dosis suficiente de paciencia, a parte de lijas, brochas, pinturas, quitapinturas y demás potingues y me puse manos a la obra.


La máquina es una Singer, que ahora es de mi cuñada,  perteneció a nuestra suegra  y seguramente a otras generaciones que le precedieron, pues tiene grabado el año en la chapa de abrir para meter la canilla y pone 1886, o sea 128 añazos!



Con lo cual y mirando la historia en la página de Singer, dice que es de las más antiguas con el sistema de manivela pues en su chapita que tiene en la base, trae el número de referencia o serie sin letras delante. Luego las hay con una letra delante de los números y las menos antiguas con dos letras delante de los números.


Tanto la máquina en sí, como la base de madera, estaban fatal de óxido, grasa de aceite de engrasarla, yo qué sé. Ya veis.

En el 2001 Singer celebró su aniversario. Habían pasado 150 años del día en que obtuvo la patente de su primera máquina de coser aunque antes ya había fabricado otras mas rudimentarias. Isaac M.Singer en 1853, ya se hizo con la mayor compañía norteamericana en este sector y se llamaría Singer Manufacturing Company.
Las máquinas que se fabricaron en Nueva York (el caso de ésta) se vendían a 100 dólares. Su expansión intercontinental comienza en París. 
 Se cose dando a la manivela pues  no tiene pedal y su mecánica es un sistema llamado de lanzadera. Este modelo es la portátil de aquellos años y para muchas mujeres fue su modo de vida, ir de sitio en sitio cosiendo.




Aquí empezando a lijar y retirar pintura. La pobre es muy agradecida, poco a poco a cada pasito dado ya se iba  notando el cambio




Ya acabada de pintar


Pero la guinda del pastel serían las calcomanías que conseguí por internet y que son la copia de las auténticas que tenía este modelo.


Así ya la transformación fue total, sin ellas no hubiera sido lo mismo aunque por algún sitio quise que no quedaran perfectas para que se viera la huella del uso.


Vista aérea


Por detrás


Por otro ángulo

Aquí veis la chapita con la numeración de la que os hablé antes, sin letras


La caja ya veis que también cambió totalmente, es la misma, solamente lijada y lijada... un anticarcoma, teñida de nogal y un barniz satinado. La chapa de dentro, para  recoger el exceso de aceite, solamente pintada de negro.


Y aquí con sus escasos utensilios, la aceitera de metal, la canilla y la lanzadera que llaman de bellota.






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Para saber donde colocar cada  pegatina y no meter la pata pues son bastante caras, una amiga me prestó su máquina que es similar. Está bastante bien conservada y cose estupendamente pero la base de madera estaba de pena y no podía devolvérsela así.
La desmonté,  la lijé, la encolé y luego el mismo proceso de la otra


Quedó más bonita porque tiene un cajoncito para meter las cosas que forré con una bonita tela. Su dueña se llevó una sorpresa


No sé si se aprecia pero ésta tiene una letra delante de la numeración 



Y aquí las dos primas hermanas, listas para que sus dueñas se las lleven .¡Ay qué penita!


He disfrutado muchísimo con este trabajo, ahora me queda la mesa donde va a ir puesta que ya os enseñaré en otra ocasión. Y os quiero animar si teneís alguna antiguedad, hay que perder el miedo y decidirse a restaurar, porque todas tenemos manos. No os canso más , un beso.